domingo, 28 de noviembre de 2010

Es una raza muy particular de gatos que seguramente a muchos de nosotros nos fascina

Es una raza muy particular de gatos que seguramente a muchos de nosotros nos fascina, pero como en todo felino, se esconde tras de sí el misterio y la leyenda de su origen.
Gatos-Siameses
Quizás la más mencionada es aquella que nos cuenta que al morir los reyes de Siam, y deseando estar presentes en la coronación del próximo rey antes de que sus cuerpos fueron llevados hacia el cielo, sus espíritus se fusionaron en un gato siamés.
Los gatos siameses gozaron de un trato muy especial en las familias reales y eran tratados siempre como nobles, con todas las propios de ellos.comodidades y lujos Mientras que en los templos budistas los gatos siameses eran considerados los guardianes debido a su origen sagrado.
En algún momento también fueron sindicados como los guardianes de las riquezas y joyas de las princesas, y en general de la familia real, e incluso se popularizó el mito de que quienes dejaban sus aros y anillos en las colas de los gatos siameses, estas joyas se hacían invisibles y era imposible que alguien los pudiera hurtar.
Siempre fueron animales de mucha confianza de la realeza pero también de mucho misterio y misticismo, facultades que se las atribuían pensando en su origen mágico y divino.
Es por ello, que durante muchas ceremonias, los gatos siameses eran convocados para usar sus facultades en los rituales que tenían como objetivo traer la lluvia a los campos de cultivo o para solicitar a las divinidades mejores épocas para todos.
Se dice que originalmente eran llamados Si-Suwat, pero que el nombre fue cambiado más adelante por el Rey de Siam V por el de Ramu, otorgándole de esta manera un apelativo más acorde con su divinidad.
Siempre se les ha relacionado con la prosperidad y con el desarrollo de las culturas orientales, y su relación con el progreso de las tierras era muy valorado por los pobladores y nobles de estas sociedades.
Fuente: Misión Mascota
Imagen: Hormiga
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Supersticiones sobre el gato negro

Miles de historias se han contado sobre la vinculación demoníaca del gato negro con el mismísimo hombre de las tinieblas y, por consiguiente, con su mala suerte. La superstición de este inofensivo animal se remonta desde muchos siglos atrás, desde los faraones, pasando por la edad media, hasta nuestros tiempos.
En Egipto los faraones le tenían un terror espeluznante, pues se decía que sus colmillos eran ponzoñosos, el contacto con su piel te podía causar la muerte y muchas otras supersticiones que, para ese entonces, eran muy creíbles.
gato-negro
Tener un gato en la edad media, te perjudicaría letalmete, pues inmediatamente te asociaban con la brujería, el satanismo y podías pasar por la Santa Inquisición, para, posteriormente, lleguar a la hoguera. Es por esta razón que por aquellas épocas los gatos negros eran masacrados sin misericordia.
La superstición del gato negro cuenta con diferentes connotación en varias partes del mundo. Por ejemplo, en el viejo continente, si se cruzara un gato negro por delante de nosotros, de izquierda a derecha, significaría un día de mala suerte; en Francia, pisar la cola a un gato negro sería nefasto, te daría una semana de mala suerte. Lamentablemente, todas estas historias, leyendas o mitos han llegado hasta Sudamérica.
Pero no todas la noticias son malas para el famoso gato negro. Por ejemplo, en Gran Bretaña, el gato blanco o el siamés es aquel que traerá la mala suerte, mientas que el gato negro traerá felicidad y prosperidad al hogar. En alta mar los gatos negros también son señal de buen augurio; los marinos tienen la superstición de llevar siempre un gato negro en sus navíos, pero prohibido mencionar la palabra gato, pues traería infinidad de desgracias.

domingo, 10 de febrero de 2008

Gatos: Un enigma nos acompaña en casa (I)

No. 16 - Jul/Sep 2005
Publicado: 12/08/2005
Por: Raúl Núñez
De: http://www.revistainvestigacion.com/

Los gatos para las personas en general es un animal doméstico sin más, pero, para las personas que gustan de entrar en detalles y escudriñar detrás de lo oculto, estos animalitos que nos parecen tan sencillos tienen toda una historia, y su camino hasta los días de hoy no ha sido fácil. Me remito a los hechos.

Los gatos han suscitado pasiones tan contradictorias como el afecto sin límite a un odio irracional, fueron considerados encarnaciones divinas en el Antiguo Egipto; el Occidente Cristiano Medieval los consideró manifestaciones del diablo, o héroes bienhechores en incontables leyendas de todas las épocas y lugares.

Nadie duda que estos felinos poseen un aura de misterio a la que nadie ha podido permanecer indiferente y por esta razón vamos a analizar sus orígenes, y la relación tan especial que mantiene con nosotros, los humanos.

ORIGENES

Según últimos estudios de naturistas, zoólogos, e historiadores, los gatos tendrían su origen en África, y más precisamente en el periodo de la protohistoria. Desde el III Milenio A.C. aparecen frescos y pinturas funerarias donde se le representan en estatuas de bronce que datan de la época de las primeras dinastías faraónicas. Seguramente fueron los egipcios los primeros en domesticarlos.

El cruce entre dos subespecies felinas estrechamente emparentadas entre sí, pero diferentes por su talla y aspecto habrían dado paso al primer felino como nosotros lo reconocemos. Este cruce habría sido entre un gato de Libia (Felis Libyca) y el Chaus (Felis Ocreata) muy parecido este último al lince. El gato de Libia (africano) domesticado servia para guardar provisiones ante los roedores, y el Chaus, que era más salvaje, ayudaba en la caza para acorralar las presas que pululaban por las marismas del Nilo.

Este felino doméstico al tener una gran capacidad de mutación genética se ha desarrollado enormemente en varias vertientes y es así, como en Asia Occidental se aparearon con los gatos salvajes de las estepas, por lo que el gato egipcio es también un antepasado de las variedades de pelo largo. (angoras y persas). Mientras los que conocemos como siameses resultarían del emparejamiento de los gatos de bengala (prionailurus) y los ocelotes de la China.

Los gatos se extendieron en el I milenio A.C. al Asia y China. En Occidente su introducción fue más tardía, quizás las legiones romanas ayudaron mucho en su expansión. Las diferentes razas existentes en la actualidad provienen de complejos cruces con los gatos salvajes locales y donde su genealogía se pierde en experimentaciones locales imposibles ya de controlar, por lo menos, para una historia certera.

LOS GATOS Y ALGUNAS CULTURAS ANTIGUAS

Los egipcios fueron el pueblo que mejor capto esa mirada enigmática de los gatos. Llamaban a estos felinos MAU, lo cual significaba, OJO. También resultaban una inspiración para el Supremo Principio Divino, lo que es igual al OJO SOLAR. En el antiguo Egipto se profesó verdadera veneración a estos felinos, sobre todo en Per-Bast (más conocida como Bubastis), ciudad situada junto a uno de los brazos del Nilo, cuyas ruinas se encuentran cerca de la actual Zagazig. En esta ciudad se adoraba a la diosa-gata Bast, y de allí esta tradición se extendió por toda la tierra enigmática de los faraones, donde los gatos fueron considerados siempre sagrados,sino divinos. La unidad administrativa local egipcia era el NOMO (provincia), con centro en una ciudad, dirigido por un monarca, y con dios independiente. Estos dioses eran siempre asociados con los animales, por lo que se convertían en figuras sagradas. Por ejemplo, Thot, dios de la ciencia, de la escritura y de la música, era asociado con el ibis, un ave que era sagrada para los egipcios. Horus, el dios del sol, era asociado con el halcón, y Hathor, la diosa del amor, se asociaba con la vaca. Pero quizás el animal más venerado en muchos lugares de Egipto fue el gato, cuyo culto nació precisamente en Bubastis.

Bubastis fue fundado por el faraón Keops, aproximadamente en el año 2700 a. J.C. En el corazón de la ciudad se hallaba ubicado el templo a la diosa-gata. Según Herodoto, "era un templo cuadrado, imponente". Su interior estaba rodeado de paredes totalmente esculpidas con figuras de infinidad de animales. Y en el centro del templo, una gran estatua de la diosa, posiblemente llevando algún símbolo de poder y, como sacerdotes, ¡más figuras de gatos!

En los hogares egipcios los gatos eran tratados como un familiar más, llorada su muerte en forma de un ritual ya establecido con momificación incluida, y enterrado en una tierra sagrada dedicada a la diosa-gata Bast. Son innumerables las muestras de gatos momificados existentes actualmente en el Museo Británico y en el Museo Metropolitano de Nueva York.

Cuando Bubastis fue desenterrada por los arqueólogos contemporáneos (generalmente ingleses y franceses), se encontraron infinidad de monumentos erigidos en honor a la diosa felina Bast. Asimismo, momias de gatos y cementerios donde se les colocaba en criptas especiales para evitar la descomposición de los cuerpos. Pero no solo han sido los egipcios los que han considerado a los gatos como entidades sobrenaturales, existen una serie de culturas donde los gatos adquieren una importancia relevante.

Por ejemplo, los celtas creían que las hadas observaban el mundo terrestre a través de los ojos de los gatos, en el Talmud, se aconseja que la placenta de gata negra poseía el poder de hacer ver los demonios a las personas que se frotaban los ojos con ella. El Islam se muestra muy favorable hacia este animal, por el que el profeta sentía gran afecto. Existe una leyenda recogida en Turquía donde se cuenta que Mahoma mostró una gran compasión por los gatos, incluso su preferencia fue tal que les dio entrada al Paraíso, y de aquí viene la explicación de que porque los gatos caen siempre sobre sus patas, ya que Mahoma acariciaba constantemente la espalda de su felino preferido. Leyenda o no, la verdad es que los gatos tenían una relevancia enorme en aquella época, no tanto así las mujeres, las cuales Mahoma excluyó de su Paraíso, sin ningún tipo de explicación.

LOS GATOS Y SU SIGNIFICADO (SIGLOS X Y XIII)

En el Occidente Medieval se crea una idea que perdurara mucho tiempo respecto a los gatos. El origen de una "demonización de estos felinos" proviene de los años 961, y su instauración primera quizás provenga de las tierras de Flandes donde Balduino III y las clases dirigentes comienzan a identificar a los gatos con entes malignos. El Sacro Imperio que había restaurado el imperio de Carlos Magno y que se prolongaba como un brazo de la Iglesia ya implantó la idea que los gatos eran compañeros malditos de brujas, concepto que permaneció hasta el Siglo de las Luces. Curiosamente en los medios rurales se continuaba considerando a los gatos seres especiales, pero aún la idea de las clases dirigentes en cuanto a su conexión con el maléfico no recalaba totalmente.

En el año 1022 es cuando se planteó la cuestión de los canónigos heréticos de Orleáns, en la cual los gatos eran manifestaciones del espíritu del mal, identificándolos con otros animales "condenados" como, el sapo, o el macho cabrío.

El prelado inglés Walter Map, máxima autoridad eclesiástica durante el reinado de Enrique II Plantagenet, presentó al gato como la propia encarnación de Lucifer. (se atribuía a los valdenses, y otros grupos considerados adoradores del demonio, una utilización de los pobrecitos gatos en sus ritos secretos). El Papa Gregorio IX en el año 1233 por intermedio de una Bula denominada "Vox in Rama" aprueba y confirma todas estas ideas referente a estos felinos, y lógicamente se crea una intoxicación constante respecto a esta conexión "gato-demonio". La manipulación de la Iglesia tiene mucho que ver en estas leyendas las cuales se extienden rápidamente por toda Europa.

En el siglo XVII en Inglaterra aún se creía que colocando el cadáver de un gato muerto en las paredes o en el armazón de un edificio, era una eficaz protección contra la mala suerte. Aún hoy en día se han encontrado esqueletos de gatos en edificios como la Torre de Londres, la Catedral de Dublín, o el Castillo de Yorkshire, incluso hace unos pocos años, en los muros de la Ciudadela de Gribaltar se encontraron restos de un gato, ante la sorpresa de los trabajadores

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