viernes, 2 de febrero de 2018

Los "Arcanos Mayores" constituyen la verdadera clave adivinatoria y esotérica del Tarot

, y su riqueza interpretativa es inagotable. Sus 22 cartas son otras tantas figuras plenas de significación emblemática: están consideradas como caminos iniciáticos, o etapas, que hay que atravesar para superarse y conocerse en profundidad y para alcanzar aquellos grados supremos del saber, por mor de los cuales el individuo es capaz de separarse de la masa de seres anónimos para encontrarse consigo mismo. Y de manera muy especial, las 22 figuras que componen los "Arcanos Mayores" están consideradas como arquetipos, es decir, modelos o muestras, que se erigen en referencia obligada de toda lucubración práctica para conocer el futuro. Algunas de estas enigmáticas figuras, por ejemplo "El Loco", que tiene nombre pero no tiene número, o "La Muerte", que aparece sin nombre pero está marcada con el número Xlll, encierran una inagotable riqueza simbólica y esotérica, acrecentada tanto por el ancestro histórico de ambas figuras como por su popularidad y su universalidad siempre renovadas. En los "Arcanos Mayores" del Tarot se encuentra respuesta a toda pregunta sobre el porvenir, el futuro y el destino; en sus 22 figuras late una enseñanza ancestral, producto del saber acumulado durante las diferentes épocas por las que ha atravesado la humanidad. Conocer los "Arcanos Mayores" del Tarot es adentrarse en un mundo que esconde misterios de siglos para así desentrañar su fuerza mágica y secreta, reveladora de verdades a menudo indescifrables. De aquí el atractivo de estas 22 cartas que componen los "Arcanos Mayores", las cuales han visto reforzado, incrementado y aumentado su valor simbólico con el correr de los tiempos. VISION DEL PORVENIR Además, bajo esa apariencia enigmática de las figuras cromolitográficas -plenas de colorido y de forma artística- de los "Arcanos Mayores" del Tarot clásico, se ocultan inéditas claves antropocéntricas -eI hombre como centro y medida de todas las cosa-, las cuales se constituyen en fuente inagotable de datos para conocer el psiquismo humano en profundidad: reacción ante un determinado estímulo, carácter, personalidad, tendencias, motivaciones, temores y angustias. Por el Tarot sabemos mucho más sobre nosotros mismos y, consecuentemente, sobre la propia humanidad. Por el Tarot descubrimos la riqueza de nuestro mundo anímico, el ancestro de caducas culturas y las claves para el advenimiento de nuevas civilizaciones. La memoria de lo que fue, la noticia del presente y la visión de porvenir, todo está en las cartas del Tarot, pero hay que saber interpretar sus arcanos y para ello es necesario conocerlos profunda y exhaustivamente. Se impone analizar la riqueza simbólica de los "Arcanos Mayores" del Tarot atendiendo a su posición, pues sabido que los más cualificados interpretes -así las más celebres escuelas- y echadores de cartas, conceden valores diferentes a las arcanos según que éstos se muestren con sus figuras en posición correcta (interpretación positiva: +) o invertida (interpretación negativa:-) Es necesario también tener en cuenta todas las perspectivas, aspectos y correspondencias generados por las figuras de los "Arcanos Mayores" entre sí para, de este modo, lograr un conocimiento profundo de los misterios del Tarot, de sus enseñanzas esotéricas y de la riqueza antropocéntrica de sus figuras. CIRCULO MAGICO Cada figura de los "Arcanos Mayores" del Tarot constituye por sí misma un único mundo pleno de significación emblemática, y goza de una anatomía simbólica que la diferencia de todas las demás. Pero también, al propio tiempo, las 22 figuras que componen los "Arcanos Mayores" del Tarot mantienen entre sí una relación de continuidad y se erigen en valiosas e inéditas señales esotéricas que trazan un camino iniciático secreto y misterioso. Para transitar por él sin peligro de perderse hay que conocer en profundidad cada una de las figuras del Tarot, sus relaciones y sus mutuas influencias. Y así cada carta queda definida por su proximidad a la que le precede, por su posición respecto a la que le sigue, por su pertenencia a un temario, a un septenario o, en definitiva, por su proyección emanada de los ejes verticales que relacionan de manera directa, dentro del círculo mágico del Tarot, las distintas figuras entre sí. La descripción y el valor esotérico de las figuras de los "Arcanos Mayores" del Tarot dependerán de la situación de aquéllas, del lugar que ocupen, en el círculo mágico. Desde muy antiguo los estudiosos del Tarot han distribuido sus 22 "Arcanos Mayores" en forma de rueda, la cual aparece surcada por dos diámetros: uno que hace de eje horizontal, el cual aparece señalado con las letras T y R -primera (o última) y tercera de las cinco letras que componen la palabra Tarot- y que relaciona pares de figuras entre sí, y otro que hace de eje vertical, el cual aparece señalado con las letras A y O -segunda y cuarta de las cinco letras que componen la palabra Tarot- y que se constituye en verdadero eje de significación, mediante el cual se relacionan directamente las figuras Vl ("Los Enamorados"), símbolo del amor y el afecto, y la figura XXII ("La Estrella"), que representa la esperanza. Ambos arcanos tienen una significación alrededor de la cual giran dos valores esenciales inherentes a toda persona, es decir, el amor y la esperanza. La determinación del eje principal de los "Arcanos Mayores" del Tarot es una prueba más de su riqueza simbólica y de la aportación que a través de sus enigmáticas figuras ha ido configurándose durante siglos para lograr un mejor conocimiento de la condición humana. De aquí que ya desde antiguo a este círculo mágico, a esta disposición de las 22 cartas del Tarot en forma de rueda que alberga un eje vertical esencial -por medio del cual se señalan actitudes, o cualidades, inherentes a los seres humanos, como pueden ser el amor y la esperanza-, se le haya considerado como uno de los más representativos emblemas antropomórficos del Tarot: EN POS DE LO ESENCIAL También puede suceder que, en ocasiones, a la hora de determinar la correspondencia entre figuras por medio de un eje vertical esencial, los "Arcanos Mayores" no aparezcan distribuidos en forma de rueda y, por lo tanto, no se presenten formando un círculo mágico, sino que sus 22 figuras aparezcan dispuestas en dos filas simétricas. La primera se iniciaría con la carta numerada con el guarismo I ("El Mago"), y terminaría en la carta XI ("La Fuerza"). Mientras que la segunda fila comenzaría con la carta 0 ("El Loco", que no tiene número) y finalizaría con la carta número XII ("El Ahorcado"): I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI 0, XXI, XX, XIX, XVIII, XVII, XVI, XV, XIV, XIII, XII La figura muestra cómo un eje imaginario, que atravesara verticalmente por el centro mismo de ambas hileras, señalaría la correspondencia esencial entre los arcanos VI ("Los Enamorados") ("La Estrella"), relacionando así el rico simbolismo que subyace en ambas cartas. Por lo tanto, buscar el eje esencial en los "Arcanos Mayores" del Tarot equivale a desvelar sus más recónditos secretos y a interpretar su simbolismo más complejo y oculto. Todo lo cual puede derivar en inédito paradigma, pleno de ejemplificación, que muy bien pudiera aplicarse a diversas situaciones de la propia vida humana: se trataría, entonces, de saber distinguir en cada momento lo esencial de lo superfluo para así aferrarse a lo primero y desechar lo segundo. VIA LUNAR, VIA SOLAR Los veintidós "Arcanos Mayores" del Tarot han sido estudiados por los más prestigiosos investigadores de lo esotérico, lo oculto, lo mágico, lo enigmático, lo emblemático y lo simbólico. De entre todos sobresalen Saunier, Jung, Wirth, Haven y Eliphas Lévi. Cada uno de ellos ha contribuido a desvelar algún aspecto clave de las figuras del Tarot. Saunier estudió la relación existente entre las láminas del Tarot y los dibujos emblemáticos del antiguo libro egipcio de Thot Hermes. Jung hace hincapié en la gran riqueza simbólica de las figuras del Tarot, destaca la significación cósmica y psicológica de sus láminas y habla de una vía lunar (representativa de la intuición) y de una vía solar (representativa de la reflexión) para llegar a la consecución del principio de individuación: antropomorfismo del Tarot. Wirth asoció las figuras del Tarot con la Cábala (22 figuras = 22 letras) y con los enigmáticos ideogramas hebreros ("lenguaje sagrado") utilizados como fórmulas adivinatorias. Haven identificó las figuras del Tarot con inéditos caminos iniciáticos, aptos para caminar por ellos únicamente los iniciados. Y, en fin, fue Eliphas Lévi quien acunó los significados esenciales de cada figura del Tarot. Este último personaje nos interesa de modo especial, puesto que sus doctrinas contribuyeron a extender, y afianzar, los asertos básicos de las ciencias adivinatorias. Por lo demás, hoy en día muchos echadores de cartas y adivinadores del porvenir entresacan sus conclusiones de la tabla de significados esenciales de los 22 "Arcanos Mayores" del Tarot, que elaborara Eliphas Lévi en el siglo XIX. RAROS TESOROS El verdadero nombre Eliphas Lévi fue Alfonso Luis Constant, notorio cabalista y ocultista nacido en París en 1810. De origen humilde -su padre era zapatero-, recibió una educación férrea y ortodoxa en el seminario de Saint Sulpice, lugar en el que pronto se destacó por su talento y aplicación. Fue uno de los mejores estudiantes de su tiempo, muy apreciado por compañeros y profesores, aunque pronto caería en desgracia a causa de su interés por los temas ocultos y su simpatía por las ideas sociales renovadoras. Lo cierto es que terminó siendo expulsado del seminario por defender y propagar las desviadas (según los cánones ortodoxos de aquel tiempo) doctrinas de un rebelde predicador de utopías llamado Ganeau, quien pretendía transformar la sociedad anquilosada y cerrada de aquella época. Fruto de estos primeros escarceos con el mundo de los idearios político-sociales fue la obra titulada "La Biblia de la libertad", escrita por Eliphas Lévi cuando tenía unos treinta años, y con la que se ganó la animadversión de los poderes eclesiásticos y de la sociedad bien viviente de su tiempo; por la publicación del libro de marras lo condenaron a seis meses de cárcel. Con todo, la verdadera personalidad, notoriedad y valía de Eliphas Lévi se encuentra, no en el campo de lo social, sino en el campo de lo esotérico y del ocultismo. Formó parte, como miembro destacado, de las más renombradas y prestigiosas asociaciones ocultistas de su tiempo; los adeptos e incondicionales de su persona le conocían por el sobrenombre de "El Mago". Eliphas Lévi fue un gran conocedor, y un incansable investigador, de toda la significación emblemática encerrada en la Cábala, y contribuyó decisivamente al desarrollo y divulgación de las ciencias adivinatorias mediante sus prolíficos escritos, los cuales firmaba con el seudónimo de Eliphas Lévi Zahed (transcripción hebrea de su nombre), y que pronto adquirieron fama universal. Después de una vida dedicada por entero al estudio de las ciencias adivinatorias, y rodeado por un grupo selecto de incondicionales -muchos de los cuales fueron personas influyentes- que habían seguido sus clases con total entrega y vehemencia, Eliphas Lévi murió en París en el año 1875. Sus libros y manuscritos, que él mismo ilustró con figuras y dibujos plenos de significación mágica y emblemática, fueron considerados como raros tesoros por sus discípulos, quienes supieron conservarlos para la posteridad, contribuyendo así al engrandecimiento de la cultura. TABLA DE SIGNIFICADOS ESENCIALES La tabla de significados esenciales, que compuso Eliphas Lévi, sirve de base interpretativa a la hora de arrancar al azar las respuestas adecuadas para Ia predicción del porvenir, y hasta el día de hoy sigue erigiéndose en obligado modelo de consulta de la mayoría de los echadores de cartas, y muy especialmente de todos aquellos que elaboran sus conclusiones sobre el porvenir interpretando las figuras de los "Arcanos Mayores" del Tarot. He aquí el sentido emblemático más universal de los significados generales de cada uno de los "Arcanos Mayores", conforme a lo descrito en la tabla de Eliphas Lévi: Arcano 0: Simboliza la inspiración, la demencia y el vértigo. Arcano I: Simboliza la esencia, el espíritu y la generación. Arcano II: Simboliza lo recóndito, lo escondido, la mujer, la maternidad, la necesidad de la ley y la fuerza del entendimiento. Arcano III: Simboliza la acción, la fertilidad, la idea y el principio. Arcano IV: Simboliza la fuerza, el cambio, la iniciativa, la voluntad, el dominio, el mando y el orden. Arcano V: Simboliza la inspiración, el conocimiento racional y trascendental. Arcano VI: Simboliza la fusión, la atracción, la pasión... Arcano VII: Simboliza el triunfo y la necesidad de protección. Arcano VIII: Simboliza la justicia, el sendero, el camino y el peligro. Arcano IX: Simboliza lo ético, la sabiduría y la prudencia. Arcano X: Simboliza la paternidad y la fuerza del destino. Arcano XI: Simboliza la imposición y la obligación. Arcano XII: Simboliza el modelo, la enseñanza y la abnegación. Arcano XIII: Simboliza el acabamiento, la destrucción y la muerte. Arcano XIV: Simboliza la moderación, la variedad, el cambio y La transformación. Arcano XV: Simboliza lo secreto, lo mágico, lo oculto y la fuerza de la energía universal. Arcano XVI: Simboliza la inquietud, la debilidad, el desencanto y la rutina. Arcano XVII: Simboliza la esperanza, las vivencias y la perpetuación. Arcano XVIII: Simboliza la enemistad, la traición y el estar alerta. Arcano XIX: Simboliza la dicha, el triunfo, la unión matrimonial feliz. Arcano XX: Simboliza la transformación, la metamorfosis y la evolución. Arcano XXI: Simboliza el triunfo, la igualdad, la armonía y el acopio de bienes. LA OTRA CARA DE LA REALIDAD Las veintidós figuras que componen los "Arcanos Mayores" consideran que el Tarot se halla repleto de claves antropológicas y, por ende, cargado de connotaciones directamente relacionadas con todo aquello que les acaece a los seres humanos, tanto en el plano psíquico como en el somático. De este modo, el Tarot ha ido configurándose como uno de los métodos de predicción más exhaustivos, complejos y precisos hasta que, al propio tiempo, se ha transformado en la más idónea de las herramientas para conocer, en profundidad, la "otra cara de la realidad". Las figuras de los "Arcanos Mayores" del Tarot, tal como opinan los indagadores de esa "otra cara de la realidad", en opinión de notorios investigadores, rebosaría de contenido y, en ella, se encontrarían explicaciones plausibles acerca de las cuitas y avatares que obligatoriamente se atraviesan en el camino de quienes, a su paso por el mundo, y durante el transcurso de su vida, se interrogan acerca del enigma que constituye el destino de la humanidad. En esta "otra cara de la realidad" encontraremos también respuestas concretas a la preguntas sobre la maldad entre humanos, sobre lo efímero de la existencia, sobre el sentido de la vida y de la muerte, sobre los secretos de la soledad y la presencia de angustia, sobre el dolor, el miedo y el temor ante lo irremediable... UN ENIGMA VIVO Tal como explican los estudiosos de las "Ciencias Adivinatorias", los seres humanos siguen siendo un enigma vivo, lo cual significa que cuando se cree haber descubierto la totalidad de los estímulos que les hacen reaccionar, enseguida surgen otros nuevos que los sustituyen. Y otra vez hay que comenzar la ingente tarea que consiste en resolver el mismo enigma, aunque presentado de modo diferente. Hay, pues, según los entendidos, muchas explicaciones en el Tarot que pueden resultar provechosas a los humanos, y una de sus claves más importantes es saber interpretarlas: la quintaesencia del Tarot consiste en saber interpretarlo y en desentrañar por completo toda la significación emblemática contenida en sus veintidós enigmáticas figuras, las cuales se denominan "Arcanos Mayores". Es necesario añadir, sin embargo, que de un tiempo a esta parte aumenta el número de personas que creen saberlo todo acerca del Tarot, aunque simplemente hayan aprendido a echar sus cartas guiándose por un manual de tres al cuarto, cuyo contenido fragmentario está compuesto de unas mínimas nociones que nada dicen acerca del verdadero significado de cada una de las enigmáticas figuras que componen los "Arcanos Mayores". Empero, el resultado no puede ser más nefasto puesto que se atreven a emitir juicios equívocos y ambiguos -y siempre erróneos- sobre el destino, y a predecir el futuro sin conocer en absoluto las claves de las diferentes figuras del Tarot. En definitiva, y con total rotundidad, puede decirse de semejantes personas que son unas embaucadoras y que, en todo momento, especulan con necesidades ajenas y mienten a sus consultantes. EL VIAJERO DE LA VIDA En el camino emblemático y esotéricamente sinuoso, trazado por los arcanos mayores del Tarot, se topa el viajero de la vida con figuras cargadas de sentido que, a modo de espejo mágico, le devuelven su propia imagen envuelta siempre en un halo de misterio. En estas circunstancias, resulta de todo punto imposible reconocerse a sí mismo, lo cual genera cierta clase de angustia, motivada por el temor a la pérdida de identidad y, consecuentemente, aplicado al viajero de la vida a descubrir las causas por las que ha llegado a esta abrumadora situación, halla que la clave está en el Tarot. En cada arcano mayor del Tarot -aun representando cada figura un mundo único y autónomo que, no obstante, refuerza su sentido al relacionarse con las demás cartas- se esconde una porción de enigma, por así decirlo; y se hace necesario estudiar en profundidad, y al completo, sus figuras; también debe compararse su rico simbolismo. De este modo, se tiene una visión de conjunto que engloba toda la significación emblemática contenida en los arcanos mayores del Tarot. Entonces acaece que el viajero de la vida resuelve el enigma de su propio destino, pues lo conoce con antelación. Todo lo que tiene que hacer es evitar que lleguen a perjudicarle, o impedir que logren desarmonizar su espíritu, aquellas situaciones captadas de antemano y reconocidas al instante como portadoras de nefasta influencia. El Tarot enseña que todos los seres humanos -aun cuando no tengan conciencia de ello- son viajeros de la vida y, por lo mismo, su tiempo aquí abajo es efímero, cambiante y fugitivo. LIBRO DEL DESTINO El Tarot enseña que el sentido de la provisionalidad es la verdadera esencia del hombre sobre la tierra, y nos señala que su consecuencia inmediata es el pasar, pues nadie permanece más tiempo del anotado en el "Libro del destino". La inagotable sabiduría que ha ido depositándose en cada lámina del Tarot, a través de los tiempos, sólo puede ser conocida por quienes están preparados para descubrir en cada momento, y sin sobresaltos, la huella que ha ido dejando cada uno de los arcanos mayores de este juego de oro, tan antiguo y enigmático como la propia humanidad. En este continuo atarearse recorriendo un camino esotérico; en este incesante andar por innumerables, misteriosos y con frecuencia desconocidos vericuetos, el viajero de la vida, muchas veces sorprendido por lo adverso de una circunstancia inédita que le amenaza presentándole su cara más hostil, se azara y se sorprende. El porqué de su conturbación se le desvela sin demora y sin tardanza, en cuanto sea consciente de que, casi como por ensalmo, se halla ante la presencia de una lámina de los abismos insondables y subterráneos en los que se encuentra el Hades: ese lugar maldito al que, según la tradición clásica, eran precipitadas las deidades y los mortales que desobedecían las órdenes y los mandatos del poderoso Zeus. Por todo esto, de entre los arcanos mayores del Tarot, ninguno resulta tan aborrecido y temido como el que representa a la vieja imagen de la maldad, la oscuridad, el daño y el abismo; todo lo cual queda materializado en este decimoquinto, arcano mayor del Tarot que, inexorablemente, trae consigo la desdicha, puesto que aquí aparece representada la vieja figura del diablo. UN SENTIDO TRAGICO Ya se ha dicho que fueron los gitanos, esa raza de costumbres radías, cuyo ancestro cultural apenas ha sufrido cambios con el transcurso del tiempo, quienes introdujeron el Tarot en Europa por primera vez. También se ha señalado que misteriosos y oscuros personajes, de los que no se guarda memoria, pero que se sabe llevaban una vida bohemia, fueron los artífices de los dibujos que aparecen en los arcanos mayores del Tarot. A este respecto, puede señalarse que algunas láminas de este enigmático juego representan la inmensidad del espacio y, al mismo tiempo, son un fiel reflejo de la clase de vida errante que eligieron para sí sus mentores, y de la cual pretendieron dejar constancia para siempre, justamente por medio de las cromáticas y simbólicas láminas del Tarot. Por esto mismo, no es extraño que algunos de los arcanos mayores del Tarot hagan alusión, en esencia, a una forma diferente de vivir, plena de nomadismo, de movilidad y cambios. Se trata, en realidad -y en ello coinciden casi todos los estudiosos de las "Ciencias Adivinatorias" -, del advenimiento de un sentido trágico que emana de ciertas figuras de los arcanos mayores el Tarot, y sin cuyo conocimiento cabal, por parte de los echadores de cartas, no es posible elaborar una interpretación objetiva ni exhaustiva respecto a determinadas motivaciones del consultante. Lo cierto es que, conforme a todo lo antedicho, se puede afirmar que nada humano le es ajeno a cada arcano mayor del Tarot, puesto que hasta las connotaciones referentes a la bohemia, así como las tendencias de quienes gustan de la vida errante, han quedado representadas, de alguna manera, en sus láminas y, consecuentemente, se puede afirmar que hay en los arcanos mayores del Tarot un simbolismo rico en imágenes, a cuyo desvelamiento se han aplicado los más notorios investigadores del esoterismo, el ocultismo y la adivinación de todas las épocas. Ninguna otra lámina representa mejor que "La Estrella" -decimoséptimo arcano mayor del Tarot-, esa forma de vagar sin rumbo y sin descanso por espacios sin fronteras. © Viviana Tozzi 2005

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